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Castillos en el aire

Reality bites

A mi las cosas así a última hora y malamente, me puede consolar con creces en el momento, pero luego ya no me sirven y me quedo peor de lo que estaba.
Aunque cuando pasen vaya sonriendo involuntariamente por la calle; aunque me imagine cosas que no debería; aunque intente negar la evidencia y me de la risa en el intento...después nada es lo que tendría que ser, y aquello que me hace tan feliz por un segundo ahora me cabrea; y aquel chispazo que salta cuando la distancia es menor de cincuenta centímetros ahora son rayos y truenos.
Y eso que lo que yo quería estaba a un mísero estirar de brazo, sólo que no me atreví a tocarlo. Espalda con espalda. Respiraciones, voces y temores que se oyen y se ven. Coincidencias (mentira, que no existen).
También podría haberme pasado el viaje tocando el piano sobre ti.
Luego voy por ahí escribiendo por todas partes, como si se me fuera a olvidar que anduvo por aquí cerca, como si fuera a cambiar de un día para otro y yo quisiera conservarlo tal y como me parece a mí que fue. Nada de objetividad.
Y me duermo con esa cosa dentro que todavía no sé lo que es, y me gusta mucho; aunque ocho horas después ya no me gusta nada pero ya se ha convertido en algo inevitable. Y me duermo también con esa mueca que parece que es algo que realmente no ocurre y que nunca te va a pasar a ti hasta que te das cuenta de que eres una más, y que tienes encima la maldición de la “sonrisa estúpida”.
Y luego llega el día y con la luz las cosas son diferentes. Es entonces cuando me tapo la cara con las manos para no ver en lo que se ha convertido lo que pasó la noche anterior; aunque interiormente ponga todo mi empeño para que siga siendo tan bueno como quiero recordarlo. Pero no funciona. No hay quien engañe a los que manejan la realidad (los muy cabrones...).
Yo lo sabía; mis presentimientos siempre acaban por cumplirse. A veces me asusto a mí misma.
Y al final la conclusión de todo esto es que no hay nada. Y que la que se va a casa mirando continuamente hacia atrás y sintiéndose observada porque la han descubierto (gracias a su evidente pero inevitable descaro) soy yo. Y luego me miro en un espejo en el que no quiero verme y lo que parece un vómito de lascivia, desesperación y rabia me quema la garganta sin que yo pueda hacer nada.
Una vez más es lo de siempre. Creo que ya no hay quien me saque de las cosas de este tipo.

3 comentarios

Úrsula -

me encanta como cuentas las cosas, yo no se hacerlo parecer tan interesante...

intenta quedarte con lo bueno de todo esto, sea lo q sea

Crashing around you -

Que cosas pasan en el tren eh? Si en vez de esperar al calor de la espalda de su respaldo te hubieras levantao y le hubieras dicho algo ahora no tabes asi fijo.

La ley del deseo -

te entiendo muy bien.. nose muy bien que decirte... te diria que te quedaras con las sensacion buena del momento aunque durara un instante... pero en el fondo se que es muy facil decirlo pero yo no lo llevaria acabo porque no sirve de nada.... depende de como se miren las cosas... la verdad que me he sentido muchas veces asi pero bueno... no hay solucion a corto plazo.. y no es por ser dramatica pero bueno... es lo que toca y siempre hubo tiempos mejores y peores y lso habra mejores y eso es asi...(No respondo muy bien a lo que cuentas pero es lo que pienso)besinos.